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Pocos son los maquilladores que logran mantenerse vigentes por décadas. Eduardo Arias ha trabajado en la industria editorial y publicitaria en México por más de 35 años, siendo el favorito de muchas editoras y celebridades importantes de nuestro país. Su carrera tuvo un gran impacto en la industria editorial en los años 80’s y 90’s, trabajando con supermodelos internacionales como Janice Dickinson y nacionales como Elsa Benitez. En los últimos años ha continuado trabajando en la industria publicitaria y editorial con revistas como Vanity Fair, Caras, Maxim, Kena, Fernanda, Marie Claire, Quién, entre otras. Dentro de su lista de clientes celebrities se encuentran Salma Hayek, Thalia, Montserrat Oliver, Mónica Naranjo, Silvia Navarro, Helena Rojo, María José, Jaydy Michel y Lucia Méndez.

¿Cómo descubriste tu pasión por el maquillaje y cuál fue tu primer contacto con esta profesión?

Yo soy autodidacta, maquillaba por gusto desde joven cuando trabajaba en un banco y mi dinero me lo gastaba en cosméticos para poder hacerlo. Me gustaba maquillar a mis hermanas y a mis compañeras de trabajo para sus fiestas, ese fue mi primer contacto con esta profesión. Me salí del banco y comencé a ofrecer mis servicios como maquillista social, pero también busqué otras oportunidades, por ejemplo, en concursos de belleza. Comencé en Miss México donde conocí a muchas personas, en el concurso de 1981 me tocó maquillar a Irene Saenz la entonces Miss Universo venezolana, yo estaba maquillando a las concursantes y ella llegó preguntando por el maquillador, yo me ofrecí a maquillarla y para mí fue muy emocionante.

Seguí trabajando en concursos de belleza varios años y eso me dio mucha seguridad, sabía que estaba haciendo bien las cosas. En aquel entonces el fotógrafo Francisco Gilardi empezó a recomendarme para muchos proyectos y con él comencé a hacer campañas de publicidad en las que tuve la oportunidad de trabajar con modelos internacionales como Janice Dickinson, que en ese entonces era la imagen de Versace. Recuerdo que ella me dijo que yo era muy bueno en lo que hacía, para mí fue muy gratificante porque era una modelo que yo veía mucho en las revistas que compraba. En ese entonces me gastaba la mayoría de mi dinero en revistas internacionales y justo me comenzaban a llegar trabajos en los que estaban modelos que aparecían en esas publicaciones. Para mí era extraordinario ver que mi trabajo estaba cercano al nivel internacional que yo aprendí por mi cuenta.

En esos años el fotógrafo Francesco Scavullo y el maquillista Way Bandy eran una mancuerna que siempre hacían las portadas de Cosmopolitan, en ese entonces era una revista muy sexy. Yo coleccionaba todas estas revistas y siempre veía los avances y las tendencias que había en el maquillaje. Esa fue mi escuela, aunque en algúnn momento intenté tomar un curso pero no le di continuidad porque yo ya trabajaba mucho y no me di el tiempo. Ahora tengo ya más de 35 años en esta hermosa profesión y estoy muy agradecido de haber logrado las metas que me he propuesto.

¿A qué artistas admirabas cuando comenzaste a maquillar y a qué maquillistas de México admiras?

En mis inicios admiraba mucho a Way Bandy y era mi inspiración, después amaba el trabajo de Kevin Aucoin. Hoy admiro a Tom Pecheux y a Pat McGrath. A mí me encantan los maquillistas que hacen a las mujeres bellas. De maquillistas mexicanos admiraba mucho a Paco Blancas, que él ya hacía revistas internacionales en Paris. Hoy en día trabajo con muchos maquillistas mexicanos a los que admiro y respeto mucho como Alfonso Waithsman, Vicente Montoya, Jonathan Lule, entre muchos otros.

Durante tu larga carrera has estado empapado de distintas tendencias y sabemos que te has ido adaptando a los tiempos ¿Qué looks o estilos del pasado aún amas al verlos? ¿Cuáles han sido los looks más icónicos que has creado durante tu carrera?

Amaba y sigo amando la publicidad de Valentino de los años 80’s, las mujeres lucían divinas. Me encantan los looks de esos años porque el maquillaje era muy dramático, las mujeres eran transformadas a mujeres ideales y hermosas. Al verlas sin maquillaje eran bellas y no lograbas imaginar la transformación que aún podían tener con el maquillaje. Ahora veo mi primer portada de Vogue México y me sigue gustando tanto como cuando la hice. Esa editorial gustó tanto que la revista la usó durante un año como su imagen publicitaria para anunciar las suscripciones. Cuando yo hice esa portada el equipo era extraordinario, el cabello lo hacía Juan Álvarez y el editor era Héctor de Anda. Confiaban ciegamente en nosotros, por eso era muy fácil proponer y lograr resultados increíbles. Cuando me llamaron para la portada me inspiré en lo que estaba haciendo Vogue Paris en esos momentos, una mujer bella e internacional con un maquillaje atemporal. Era muy padre traer aquellas visiones internacionales a nuestro país.

En aquel entonces yo trabajaba mucho con Adolfo Pérez Butrón, hacíamos una mancuerna que muchas celebridades y editoriales nos buscaban para trabajar. Tuve la dicha de ser el maquillista y peinador favorito de la mayoría de celebridades de esa época, amé hacer la imagen de Thalia cuando sacó el disco Love, a Patricia Manterola, a Ana Bárbara y por supuesto a Monserrat Oliver con la que sigo trabajando.

¿Podrías mencionar algún parteaguas o algo que te haya sucedido que cambió por completo tu vida profesional?

Gracias a Dios he tenido la suerte de que durante mi carrera he conocido a la gente que se apegaba a mis sueños y ambiciones. Ellos me han dado el impulso y la seguridad de que voy por un buen camino. Cuando hice la campaña de L’oreal en los 80’s trabajé con una supermodelo australiana, esa campaña me ayudó mucho a obtener más seguridad en mi trabajo.

Has estado en esta industria por más de 35 años ¿Qué es lo que más ha cambiado en tu profesión en todo este tiempo?

Cada año que pasa veo mucho más interés en la profesión del maquillaje y en la industria de la belleza. Me encanta la idea de que ahora esto ya sea una profesión y una carrera, antes era algo más similar a un oficio. Con un boom de maquilladores tan talentosos, la gente se ha inspirado y cada vez más artistas despiertan y se atreven a querer lograr algo en este medio. Las ambiciones han crecido mucho y ya no se trata solamente de querer ser famosos, el nivel y las exigencias del maquillaje nos llevan a querer trascender con nuestras creaciones.

¿Cuál es tu estilo al maquillar y cuál es tu parte favorita del rostro para maquillar?

Lo clásico siempre funciona y respetar la belleza femenina es lo más importante para mí. Me gusta resaltar lo bello de un rostro y no crear una máscara. Amo hacer a las mujeres que luzcan lo más bellas posibles. A mí me gusta maquillar todo el rostro, no podría decir que tengo un rasgo favorito, todos son tan importantes para lograr la perfección y el balance en tu trabajo. Es importante mencionar que todas las mujeres me parecen bellas, no creo que exista mujer sin potencial para lucir hermosa. No me gusta escuchar cuando alguien dice que una mujer es fea y sin remedio, todas tienen algo bello que puedes destacar incluso con las mujeres que tienen rasgos no tan comunes.

¿Qué mujeres han sido tus íconos de belleza?

Me gusta Margaux Hemingway, Lauren Hutton y Naomi Campbell, son mujeres a las que siempre he admirado y seguido.

Sabemos que eres el maquillista de cabecera de varias celebridades como Montserrat Olivier ¿Cómo es este vínculo que se crea entre una celebridad o una clienta y su maquillista?

Para mí es muy importante el respeto y la admiración por el talento y el potencial de las celebridades con las que trabajo. Me gusta ser su cómplice y su guardián, cuidarlas mucho para que se vean muy bellas en todo momento. Mis clientas siempre han apreciado la confianza que les doy porque respeto como quieren verse siempre.

¿Cuál es tu percepción actual de la industria del maquillaje en México y en el mundo?

Está tomando mucha fuerza y creo que es gracias a la cantidad de talentos que cada día se atreven a explorar en esta profesión. Pero creo que es muy importante que todos tengamos un compromiso personal con nuestra profesión, tenemos que ofrecer lo mejor de nosotros en cada maquillaje que hacemos y esto implica maquillar con productos de buena calidad y que tu visión sea muy cuidada. Es importante educar al ojo para observar a nuestras clientas y no querer cambiarlas al grado de hacer que todas se parezcan, eso es algo que solía pasar mucho en México y ahora la gente se está educando más y eso nos beneficia a todos. Los parámetros de belleza están cambiando en México gracias a la diversidad de contenidos que tenemos cerca, ya somos mucho más globales que antes y eso ha hecho que México tenga maquillistas que generan una gran visión y por supuesto que están al nivel de maquillistas internacionales.

¿Cuáles son las bases de un buen maquillaje según tu estilo?

Respetar la estructura ósea, resaltar la belleza y siempre buscar que tu trabajo luzca natural.

¿Hay alguna tendencia o algún estilo de maquillaje que no te guste?

A mí en particular el contouring que ha estado muy de moda me parece algo que no funciona para todos los casos. Es algo increíble pero no funciona para destacar la belleza de una mujer. Las mujeres en general tienen rostros muy delicados y no hay necesidad de hacer esta transformación tan extrema y llena de excesos.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere ser maquillista y tener una trayectoria ejemplar como la tuya?

Que busquen la perfección en la belleza y cuiden cada detalle de su trabajo. Necesitan tener compromiso con su trabajo y esto implica mantenerse siempre actualizados, saber de productos nuevos, ver editoriales y observar lo que está pasando en el mundo de la belleza. Ahora con redes sociales e internet hay muchísima información, aunque debo confesar que yo sigo teniendo como mi biblia a las revistas internacionales.